Yo entiendo poco de dioses,pero me parece
que él no es un dios fuerte y pardo, huraño, indómito
y adusto, paciente hasta cierto punto, admitido
al principio como frontera; útil
y desleal como vehículo de comercio;
y luego un problema sólo para el constructor
de puentes.Resuelto el problema, en las ciudades
casi se olvidan los vecinos al dios
pardo, quien conserva, sin embargo, implacable,
sus ritmos y sus iras, destructor; quien recuerda
a los hombres los que ellos prefieren olvidar.
T. S. ELIOT